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200 millones de pérdidas a los viveros valencianos

AVA-ASAJA y ASFPLANT piden al Gobierno que incluya las plantas como bien de primera necesidad y ayudas compensatorias ante el cierre de los mercados

La crisis del Covid-19 amenaza con provocar 200 millones de pérdidas a los viveros valencianos

Valencia, 24 de marzo de 2020. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y la Asociación Profesional de Flores, Plantas y Tecnología Hortícola de la Comunidad Valenciana (ASFPLANT) alertan de que el cierre del mercado español y la cancelación de pedidos internacionales, a causa de la emergencia sanitaria del Covid-19, amenaza con provocar unas pérdidas superiores a los 200 millones de euros a los viveros valencianos.

Esta crisis ha llegado en el peor momento del año para el colectivo, puesto que entre los meses de marzo y mayo –es decir, en pleno periodo primaveral– se concentra el 75% de la facturación. La planta ornamental y de temporada es el cultivo más afectado debido a su pronta fecha de caducidad, de manera que, si la situación se mantuviera durante varias semanas, las empresas viverísticas se verían obligadas a destruir dicho material vegetal después de realizar las inversiones necesarias.

Al cierre de todos los establecimientos dedicados a la venta de flores y plantas en España, a excepción de algunos ‘gardens’ que comercializan comida para animales u otros productos, se está sumando la anulación o aplazamiento de pedidos de operadores extranjeros con los que los viveros mantienen el flujo comercial. Cabe destacar la pérdida de ventas asociadas al Día de la Madre en Alemania y otros países europeos.

AVA-ASAJA y ASFPLANT reclaman al Gobierno que incluya las plantas como un bien de primera necesidad a fin de lograr una salida comercial inmediata. Entienden ambas entidades que el cuidado de plantas es una actividad beneficiosa para la salud física y mental, sobre todo en estos momentos de confinamiento de buena parte de la población en sus hogares.

Asimismo, los viveros demandan a las administraciones que, bien a través de ayudas directas, bien mediante fondos habilitados dentro de la Política Agrícola Común (PAC), destinen compensaciones económicas a las empresas que se vean seriamente perjudicadas por la destrucción de plantas y la consecuente pérdida de ventas y rentabilidad. No en vano, la prolongación de este panorama pone en peligro la continuidad de trabajadores fijos y temporales, e incluso puede llevar al cierre de muchas firmas que no puedan afrontar los gastos de la próxima temporada.

El sector de plantas y flores de la Comunitat Valenciana venía experimentando un crecimiento tanto en facturación total (cerca de 480 millones de euros en 2018) como en exportaciones (ya en la barrera de los 100 millones en 2018), lo que representa el 13% de la producción de la rama agraria. En las más de 1.800 hectáreas dedicadas en la Comunitat se cultivan 5.700 millones de docenas de flores y 52.800.000 plantas ornamentales. Se trata de un sector muy tecnificado que requiere una elevada mano de obra por el especial manejo del producto.

Protestas en Castellon de los citricultores.

Los citricultores protestan en el puerto de Castellón contra la llegada de agrios de Egipto, cuyos envíos a Europa han crecido un 83% durante los últimos cinco años

AVA-ASAJA y FEPAC-ASAJA advierten que darán a conocer los nombres de los comercios que importan y venden naranjas foráneas en plena crisis citrícola

         Valencia, 27 de febrero de 2019. Más de un centenar de citricultores, convocados por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Castellón (FEPAC-ASAJA), se han concentrado esta mañana frente al puerto de Castellón para protestar por la llegada de naranjas navels procedentes de Egipto mientras los cítricos valencianos cuelgan de los árboles sin encontrar comprador o se venden a precios de miseria.

            Durante los últimos cinco años, de acuerdo con los datos oficiales, las importaciones de agrios procedentes de Egipto se han disparado un 83%, al pasar de 184.000 toneladas en 2014 a 339.000 en 2018. Pero no es Egipto el único país problemático en el contexto de esa competencia desleal que sufren los productores españoles, ya que también Sudáfrica, o Turquía inundan con sus producciones citrícolas, durante distintos períodos de la campaña, los mercados europeos en virtud de los acuerdos comerciales que firma la Unión Europea (UE) sin tomar en consideración que las condiciones laborales, fiscales, fitosanitarias o medioambientales vigentes en esos países terceros son muy distintas a las que soportan los citricultores de la UE ni la consiguiente desventaja competitiva que esa situación acarrea.

            En tales circunstancias, y en medio de la peor crisis de los últimos treinta años que afronta la citricultura valenciana, AVA-ASAJA y FEPAC-ASAJA entienden que resulta de todo punto inmoral que determinados comercios se dediquen a importar cítricos foráneos y por ese motivo, tanto el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, como el de FEPAC-ASAJA, José Vicente Guinot, anunciaron durante la protesta de esta mañana que van a informarse y «hacer públicos los nombres de los comercios y los supermercados que importan y venden esas naranjas traídas de fuera para que la sociedad valenciana y española sepan quienes son los enemigos de nuestra citricultura».

            «Este es uno de los muchos puertos -lamentó Aguado durante su intervención ante los manifestantes- por los que entra naranja originaria de otros países que están aumentado exponencialmente sus niveles de producción y que, a este paso, en unos cuantos años van a terminar con la citricultura europea», mientras que Guinot recordó que mientras «sigue llegando naranja importada, el 30% de la nuestra sigue colgando de los árboles». Los agricultores concentrados expresaron su indignación coreando: «taronja valenciana, no de fora».

            Ambos dirigentes también situaron la inacción de la clase política ante la crisis que atraviesan los productores de agrios en el centro de sus críticas. «Las administraciones -subrayaron- se está comportando con el sector agrario en general y con el citrícola en particular de manera inepta, insensible y cobarde. A día de hoy, todavía no se ha activado ninguna medida eficaz ni se ha puesto un céntimo extra por parte de Bruselas, el ministerio de Agricultura o la Generalitat».

            De este modo, las organizaciones agrarias AVA-ASAJA y FEPAC-ASAJA prosiguen la campaña de movilizaciones contra la dura crisis que atraviesa el sector citrícola que iniciaron el pasado 14 de diciembre con una manifestación frente a la conselleria de Agricultura y que han tenido su continuidad con sucesivas protestas tanto en Valencia como en Madrid.

Movilizaciones por la crisis citrícola

El próximo jueves 14 de febrero repartirá naranjas en Valencia y ASAJA está ultimando los preparativos para realizar una movilización en Madrid

AVA-ASAJA prosigue su campaña de movilizaciones para protestar por la falta de soluciones y respuestas a la crisis citrícola

         Valencia, 8 de febrero 2019. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha decidido dar continuidad a su campaña de protestas ante la devastadora crisis citrícola que atraviesa el sector y frente a la falta de respuestas satisfactorias y soluciones concretas por parte de las distintas administraciones. Así, las movilizaciones iniciadas el pasado 14 de diciembre con una manifestación frente a la conselleria de Agricultura, proseguirán con dos nuevos actos reivindicativos.

         El primero de los mismos tendrá lugar el próximo jueves 14 de febrero ante la plaza de toros de Valencia y consistirá en el reparto gratuito de naranjas para denunciar de este modo los precios de auténtica ruina que están percibiendo los citricultores, mientras que el segundo se celebrará en Madrid en una fecha aún por determinar. ASAJA está ultimando los preparativos de esa inminente movilización que tendrá como escenario la capital de España y carácter estatal, puesto que la crisis citrícola también está castigando con dureza al resto de zonas productoras.

         «La situación es insostenible», asegura el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado-. «La fruta se queda en los árboles porque muchos agricultores no encuentran comprador -prosigue Aguado- y si consiguen venderla es a precios ridículos que no cubren ni de lejos los costes de producción. Mientras tanto, las administraciones, tanto la autonómica y central, como la comunitaria, siguen con su estrategia de buenas palabras y tácticas dilatorias para intentar rebajar la tensión, pero los agricultores ya no aguantan más, están hartos de que los engañen, han dicho basta y van a volver a defender en la calle y ante quien sea necesario el fruto de su trabajo».

Se dispara las denuncias de los agricultores por impagos

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) constata que sus servicios jurídicos están tramitando la interposición de decenas de demandas en los juzgados

La crisis citrícola dispara las denuncias de los agricultores ante los tribunales por incumplimiento de contratos, impagos y destríos abusivos

Valencia, 17 de enero de 2019. El drama de la crisis citrícola llama a la puerta de los tribunales de justicia. La caótica y desesperada situación que viven miles de agricultores valencianos con motivo de los pésimos resultados que está ofreciendo la actual temporada naranjera ha disparado la interposición de denuncias ante los juzgados por parte de los productores de cítricos.

Los servicios jurídicos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) constatan que durante las últimas semanas están tramitando un verdadero aluvión de casos que terminan materializándose en la presentación de demandas en los tribunales, una circunstancia que refleja con total elocuencia el modo en que la crisis está cebándose con los citricultores. Los letrados de esta organización agraria aseguran que el número de denuncias que están interponiendo alcanza niveles sin precedentes en la historia del sector.

Las referidas denuncias se sustancian, básicamente, en la comisión de tres irregularidades penalizadas por la ley: el incumplimiento de contratos, los impagos de las cosechas y la supuesta detección de una cantidad abusiva de destrío durante el proceso de confección de la fruta en los almacenes. El incumplimiento más frecuente consiste en la renuncia repentina por parte de determinados operadores comerciales a recolectar la totalidad, o una parte, de la cosecha del agricultor, tal como se había acordado y recogido debidamente en el documento contractual.

También abundan los casos de operadores que dejan la fruta adquirida sin pagar o de aquellos otros que intentan renegociar los precios a la baja o que deciden poner en práctica la llamada venta a resultas, esto es, sin una cotización pactada de antemano. Otra de las anomalías que está a la orden del día, y que termina en reclamaciones ante los tribunales por parte de los afectados, es la presunta aparición de un número anormalmente alto de destrío en la fruta que se confecciona en los almacenes. En alguna ocasión, esos destríos que aduce el comercio llegan incluso al 70% de la cosecha adquirida y ese porcentaje de la fruta que supuestamente no reúne la condición comercial adecuada, obviamente no se le paga al agricultor.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, considera que la actual coyuntura citrícola «es explosiva» y anima a los citricultores que están siendo víctimas de abusos por parte de los operadores comerciales «a acudir a los tribunales para reclamar aquello que les pertenece por derecho porque tampoco podemos consentir que se instale una sensación de impunidad y que aquí vale todo. También es cierto que hay muchos operadores comerciales que están trabajando con seriedad, pero el repunte que se está produciendo en materia de incumplimientos es alarmante».

Además, el máximo responsable de esta organización agraria lanza un mensaje a las autoridades y, más concretamente, a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) -organismo dependiente del Ministerio de Agricultura- para que tome cartas en el asunto de manera firme y decidida a fin de llevar a cabo una campaña exhaustiva de inspecciones que permita detectar las irregularidades en las que están incurriendo determinadas empresas y aplicar las sanciones oportunas». Finalmente, para el presidente de AVA-ASAJA «lo que está ocurriendo esta campaña citrícola refleja, una vez más, que la ley de la cadena alimentaria no está siendo capaz de ofrecer las soluciones que precisa el mercado, puesto que los agricultores, tal como queda patente a diario, siguen encontrándose en la indefensión más absoluta».