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AVA-ASAJA señala que es una primera estimación y que los daños en cítricos, caqui y hortalizas podrían situarse en 120 millones en función de la evolución del clima

AVA-ASAJA señala que es una primera estimación y que los daños en cítricos, caqui y hortalizas podrían situarse en 120 millones en función de la evolución del clima

 

Las lluvias causan pérdidas en la agricultura valenciana de al menos 70 millones de euros

 

Valencia, 20 de noviembre de 2018. La sucesión de lluvias que durante los últimos seis días ha descargado de manera especialmente torrencial y persistente sobre el campo valenciano van a causar importantes pérdidas tanto en los principales cultivos que ahora mismo se encuentran en plena temporada como en las infraestructuras agrarias. Según una primera valoración de urgencia efectuada por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), las pérdidas sufridas a raíz de las últimas precipitaciones alcanzarán al menos los 70 millones de euros, si bien esta cifra podría acabar siendo muy superior y llegar hasta los 120 millones en función de la evolución del clima, puesto que factores como la humedad, las altas temperaturas u ocasionales episodios de nuevas lluvias van a determinar un mayor o menor impacto sobre la agricultura.

Las producciones agrícolas más castigadas son, por este orden, los cítricos, el caqui y las hortalizas. Solo las pérdidas previstas en cítricos –principalmente en clementinas aunque también en naranjas– están valoradas en una horquilla entre 50 y 100 millones debido a la afección directa sobre una cantidad que oscila entre 250.000 y 500.000 toneladas. Los daños tienen como causas fundamentales la inundación de los árboles (el estrés de las raíces obliga al arbolado a desprenderse de los frutos e incluso en los casos más graves acaba provocando una asfixia radicular que causa la muerte del naranjo), el pixat (una fisiopatía que deteriora la piel de las clementinas debido a cambios bruscos de humedad hasta tal punto que deja inservible la fruta para su comercialización) y el aguado (enfermedad causada por el hongo Phytophthora que pudre la fruta). Las comarcas de La Ribera, La Safor, La Costera y la Hoya de Buñol son las más afectadas por esta clase de siniestros en la citricultura.

Las pérdidas en el caqui, de acuerdo con las estimaciones de AVA-ASAJA, se situarán en un rango entre 5 y 8 millones de euros, la mayor parte de las cuales se concentran en la comarca de La Ribera. Un total de 20.000 a 40.000 toneladas de caquis sufrirán daños irreversibles a causa de la inundación de los campos. Esta merma se suma al descenso del 35% de la producción valenciana de caqui que ya habían ocasionado las heladas primaverales y, sobre todo, el pedrisco de julio.

En cuanto a las hortalizas, la incidencia del agua acumulada durante esta última semana supondrá unas pérdidas de 1 a 3 millones de euros, mientras que la producción perjudicada se situará entre 2.000 y 4.000 toneladas. Los cultivos que salen peor parados son las cebollas, coles, coliflores y alcachofas en las comarcas de l’Horta y Camp de Túria, tanto por la disminución de cosecha como por los sobrecostes que han de soportar los agricultores en tratamientos fungicidas contra el ataque de hongos. La lluvia también ha retrasado la recogida de la chufa y, a su vez, la posterior plantación de otras producciones hortícolas en esos mismos campos.

Finalmente, AVA-ASAJA cifra entre 10 y 15 millones de euros el alcance de los daños en las infraestructuras agrarias, tales como invernaderos, muros, caminos rurales, canalizaciones, etc. “Llueve sobre mojado –lamenta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– y la situación podría empeorar todavía más si en los próximos días sigue lloviendo o si se producen vientos de poniente que agravarían terriblemente los daños. Estaremos muy atentos a la evolución del clima porque de sus efectos dependerá la rentabilidad de miles de explotaciones”.

El dirigente agrario solicita a las administraciones que tomen buena nota de las graves dificultades que atraviesa la agricultura valenciana y pongan en marcha medidas para aliviar su situación como la reducción de módulos, la exención del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) Rústico, el establecimiento de créditos bonificados y más ayudas para favorecer la contratación del seguro.